Si vienes a Girona no puedes irte sin hacer una visita al, quizás, símbolo más importante de la ciudad. Este monumento es una construcción única, puesto que conserva la nave gótica más ancha del mundo.
Construida a lo largo de siete siglos, la Catedral mezcla tres estilos arquitectónicos distintos: el románico, el gótico y el barroco, por orden cronológico. Consta de 3 espacios para la visita: la nave, el claustro y la Sala del Tesoro, que es el espacio del museo. Allí encontraremos piezas únicas como el Tapiz de la Creación o el Beatus.
Este monumento es más antiguo que la actual Catedral de Girona, aunque la construcción se realizó a lo largo de los siglos. Fue el primer templo cristiano de Girona, y su origen se remonta al s. IV d. C., cuando se construyó un martyrium para venerar al primer mártir de Girona, San Félix.
Este personaje fue uno de los primeros cristianos que llegó a la zona, siendo el principal difusor de la fe cristiana en la ciudad. Gran parte del templo actual está construido en estilo gótico, aunque conserva algunos elementos barrocos y románicos.
La mayoría de visitantes visitan el templo aprovechando que la visita está incluida en el precio de la entrada a la Catedral de Girona.
Consideradas una de las murallas más largas y mejor conservadas de Europa, este monumento es uno de los principales atractivos de la ciudad.
En Girona existen tres tipos de murallas. Las más antiguas son de origen romano, mientras que las posteriores fueron construidas por los francos y gerundenses, durante la época medieval, con el fin de defenderse de posibles invasiones.
Aparte de estar en un importante mirador, realizar el recorrido entero de las murallas es una experiencia imprescindible de tu visita. ¡Además, el acceso al recinto es gratuito!
Sitio de interés cultural o histórico, Conjunto histórico.
Antigua judería que forma parte del casco antiguo de la población. Estuvo habitada por la comunidad judía de la ciudad de Girona entre los siglos XII y XV. En una de sus sinagogas se puede visitar un museo dedicado a la historia del pueblo judío.
El Call (la judería) es una de las zonas más emblemáticas e interesantes de la ciudad de Girona, tanto a nivel arquitectónico como histórico. Forma parte del casco antiguo de la ciudad, junto a la orilla del río Onyar. Su origen se remonta al siglo XII y es una de las juderías mejor conservadas de Europa. Estuvo habitada por la comunidad judía de la ciudad hasta 1492, año en que los judíos fueron expulsados del país.
Está formado por un laberinto de callejones, fuertes casas, escalinatas, arcos y patios. Una de las principales edificaciones es el Centro Bonastruc ça Porta, que está situado en la que fue la última sinagoga de la ciudad y que acoge el Museo de Historia de los Judíos y el Instituto de Estudios Nahmánidas (Museo de Historia de los Judíos e Instituto de Estudios Nahmánidas).
Aunque el nombre puede generar malentendidos, este monumento no tiene realmente origen en la época de ocupación musulmana en Girona durante el s. VIII.
Estos baños públicos, construidos en estilo románico a lo largo del s. XII, se inspiran en las termas romanas y la estética está influenciada por los baños árabes que existían en Al Andalus y en el norte de África.
Este recinto está situado muy cerca de la Catedral de Girona, y consta de 3 pequeñas salas de baños y un vestuario. Son un magnífico ejemplo de arte románico en Girona.
En Girona tenemos algunos de los monasterios más importantes y más antiguos de Cataluña. Si bien algunos de ellos han desaparecido, todavía se conservan el Monasterio de Sant Pere de Galligants, del s. XI, de estilo románico, y que conforma la sede del Museo de Arqueología de Cataluña en la ciudad.
A unos diez minutos del barrio antiguo, en el valle del mismo nombre, se encuentra el Monasterio de Sant Daniel, donde todavía quedan 6 monjas benedictinas.
Aparte de los monasterios, en Girona también tenemos numerosos conventos, algunos de ellos expropiados en el s. XIX y que hoy se utilizan como escuelas, universidad u hospitales entre otros.